El término proviene del griego “Blefaro” (párpado) y “Espasmo” (contracción fuerte e involuntaria de los músculos). Por tanto, el blefaroespasmo consiste en una contracción involuntaria, espasmódica y repetitiva del músculo que rodea el ojo (músculo orbicular) y que, en ocasiones, se manifiesta como un temblor en el párpado.
Se debe a la hiperacción del músculo orbicular, que es el músculo encargado del cierre de los párpados. En la gran mayoría de los casos, la causa del problema es desconocida y se denomina “blefaroespasmo benigno esencial”. Suele aparecer en personas a partir de la quinta década de la vida y es más frecuente en mujeres.
Tipos de blefaroespasmo
Existen diferentes tipos de blefaroespasmo, con mayor o menor grado de afectividad a la vida cotidiana del paciente. En este sentido, podemos enumerar tres tipos diferentes con síntomas y características diversas:
- Espasmo palpebral menor.- También denominado contracción nerviosa o tic. Se produce una especie de temblor involuntario en el párpado, generalmente sin una causa determinada. Las personas no solemos darle demasiada importancia a esta contracción del párpado, ya que generalmente se asocia a cuestiones de estrés, falta de sueño, elevado consumo de cafeína, etc. Por regla general, un cambio de hábitos suele resolverlo espontáneamente.
- Blefaroespasmo benigno esencial.- Como decíamos, en este caso se produce un cierre intenso y crónico de ambos párpados. Se suele relacionar con movimientos involuntarios del cuello, cabeza o boca. Su nivel de intensidad va en aumento con el paso del tiempo y puede afectar gravemente al desarrollo normal del día a día del paciente, siendo incluso incapacitante.
- Espasmo hemifacial.- En esta ocasión, estamos ante un trastorno que afecta a un solo lado de la cara. Provoca movimientos irregulares e involuntarios que afecta no solo al músculo orbicular sino también a otros músculos que se encuentran alrededor de la boca, al músculo frontal, entre otros.
¿Cómo se trata el blefaroespasmo?
El tratamiento del blefaroespasmo se realiza fundamentalmente con toxina botulínica. Las inyecciones de toxina botulínica sobre el músculo orbicular y los músculos del entrecejo relajan las contracciones y permiten a la gran mayoría de pacientes llevar una vida normal. El tratamiento suele realizarse cada 3-4 meses y puede realizarse en la consulta. Pese a ser un tratamiento altamente efectivo, hay algunos pacientes en los que este tratamiento no es efectivo o deja de serlo con el paso de los años. En estos casos se pueden plantear cirugías de miectomía o de suspensión frontal para que el paciente pueda abrir los ojos.