Existe cierta confusión entre los pacientes que se plantean una blefaroplastia inferior respecto al tratamiento más adecuado para sus bolsas. Recordemos que éstas se componen de grasa, y que tenemos tres paquetes de grasa independientes en cada bolsa.
Hasta hace pocos años no había discusión al respecto ya que se realizaba el mismo tratamiento a todos los pacientes: la extirpación de la grasa de las bolsas. Aunque muchos cirujanos siguen aún haciendo esto, muchos especialistas en blefaroplastia ahora utilizan la propia grasa de las bolsas para tapar los surcos de las ojeras. Esto se denomina recolocación o transposición grasa, y puede realizarse igualmente por via transconjuntival sin cicatriz.
¿En qué pacientes es recomendable una recolocación grasa?
Principalmente en aquellos en los que además de bolsas presentan unos surcos marcados. También los pacientes más jóvenes y delgados, o aquellos con los ojos “saltones”. Extirpar las bolsas en este tipo de pacientes es contraproducente, ya que acentuará los surcos y dará un aspecto de mayor envejecimiento que con el paso de los años empeorará. Con la técnica de transposición conseguimos mantener un buen volumen en el párpado, pero lo redistribuimos para que la grasa no forme una bolsa sino que esté distribuida de forma uniforme creando una superficie más lisa. Por lo tanto, la blefaroplastia inferior es una cirugía que debe ser muy individualizada y debe adaptarse a las características de cada paciente.