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El aspecto de nuestros ojos es un síntoma de bienestar. Son la característica más distintiva de la cara de cualquier persona y son la primera característica que atrae la atención de otra persona. Por lo tanto, cualquier irregularidad será advertida por los demás. Es crucial para cualquier tipo de cirugía de párpados que sea natural y evitar un aspecto de ‘operado’, pero es igualmente importante no dañar la función de los párpados.
Con demasiada frecuencia, la cirugía de párpados realizada por cirujanos no expertos en la materia alteran la apariencia natural y/o provocan daños en los párpados con importantes secuelas visuales (no poder cerrar los ojos, ojos secos, visión borrosa, etc.).
Uno de los motivos de consulta más frecuentes en este terreno es la retracción del párpado inferior. Puede producirse por dos mecanismos. Primero, por una cicatrización excesiva de las capas internas del párpado (septo orbitario y músculo orbicular) cuando han sido mal manipulados. El tejido reacciona de forma violenta a esta agresión, contrayéndose en exceso y provocando un descenso del párpado inferior. En segundo lugar, una excesiva eliminación de piel y grasa en en párpado inferior también da lugar a un descenso del párpado inferior, a veces incluso con ectropion. En ambos casos, se produce aspecto un aspecto de «ojo redondo» y ocasiona molestias oculares en forma de irritación crónica, sequedad ocular y problemas corneales.
Para recuperar la forma almendrada del ojo, no basta en estos casos con una simple cantopexia para elevar el párpado. En estos casos complicados, la cantopexia no consigue elevar el párpado ya que las fuerzas que tiran del párpado hacia abajo son muy superiores, y son necesarias técnicas más complejas para ser solucionados.
Por un lado, si el vemos al paciente en un post-operatorio precoz (primeras semanas), puede ser necesario tratar el párpado con anti-fibróticos para frenar el proceso cicatricial y/o con ácido hialurónico, antes de decidir realizar cualquier tipo de intervención.
En aquellos casos en los que la inflamación ha cedido y presentan una retracción del párpado inferior, realizamos una técnica de elevación de la mejilla por via transconjuntival (midface lifting sin cicatriz o liftinf mediofacial) que consigue elevar el párpado sin tener que recurrir a antiestéticos injertos de piel. Al elevar la mejilla conseguimos dar un soporte extra a ese párpado dañado, aportando grasa malar y piel. Puede ser necesario además la utilización de un injerto de cartílago de la oreja propia en los casos más severos. Estos se implantan por via conjuntival y son invisibles.
Otras causas de resultado insatisfactorio tras una blefaroplastia son la retracción de párpado superior por eliminación excesiva de piel y músculo, la eliminación excesiva o insuficiente de las bolsas grasas, las asimetrías, o el no tratar una ptosis palpebral (párpado caído) en el momento de realizar una blefaroplastia superior.
La cirugía correctora de la blefaroplastia puede solucionar la mayoría de estos problemas, pero se debe ser muy cauto a la hora de indicar una nueva cirugía sobre un paciente previamente operado. Es muy importante un buen entendimiento médico-paciente y unas expectativas razonables por parte del paciente. En casos no urgentes (sin afectación ocular) puede ser preferible esperar 6 meses antes de realizar una nueva cirugía.
El Dr. Nieto es un referente en cirugía oculoplástica. Combina su actividad en cirugía reconstructiva en la medicina pública con su actividad privada reconstructiva y cosmética en la Clínica Corachán de Barcelona y el Instituto Oftalmólogico Gabriel Simón de Madrid.
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