Los miembros de nuestra sociedad comparten entre todos una cierta obsesión por la juventud. Las comunidades se dejan influencia por lo que podríamos llamar cultura de la juventud, basada en el deseo de un enlentecimiento del proceso natural de envejecimiento. En este campo, el ácido hialurónico juega un papel importante. Al ser un técnica que ha adquirido popularidad a lo largo de los recientes años, muchos pacientes no tienen conocimiento de sus connotaciones y aplicaciones.
El ácido hialurónico es un componente natural de los tejidos que ha ganado popularidad como producto inyectable para restituir volumen facial y para el tratamiento de arrugas profundas. Es un producto totalmente seguro que puede encontrarse prácticamente en todos los seres vivos que poseen articulaciones y tejido conjuntivo. Su función natural es mantener el agua del cuerpo humano en las células y tejidos proporcionando el medio que nuestro organismo necesita para el transporte molecular y otros procesos.
Durante el envejecimiento, el organismo pierde progresivamente la capacidad de retener agua en las células y tejidos, dando lugar a signos visibles del mismo proceso como son las arrugas u ojeras. El tratamiento de este último fenómeno es cada vez más popular entre pacientes de la tercera, cuarta y quinta década de vida. El ácido hialurónico es una gran opción para este procedimiento. Se inyecta profundo, debajo de la piel y músculo para evitar nódulos visibles y conseguir un resultado plenamente uniforme. La coloración oscura que pueden presentar las ojeras mejora en muchos pacientes con la aplicación de esta sustancia.
El ácido hialurónico se emplea, también, en el tratamiento de arrugas de la piel. El entrecejo, las patas de gallo y el área mandibular son zonas en las que puede usarse dicha sustancia, entre otras. En ocasiones podemos utilizar una combinación de ácido hialurónico y botox para obtener unos resultados más definidos y acordes a las necesidades del paciente.
El ácido hialurónico y sus beneficios
De este modo, el ácido hialurónico conlleva una serie de beneficios para el individuo. En términos generales, proporciona a la piel humana un aspecto jovial y con menos arrugas consiguiendo eliminar los efectos del envejecimiento. Aun así, el tratamiento no es permanente y reversible, ya que el organismo reabsorbe lentamente el ácido hialurónico. Si se considera necesario, puede ser reinyectado. En realidad, es estrictamente necesario que el tratamiento no sea permanente, pues que las características anatómicas de los pacientes cambian a lo largo de los años, así como sus necesidades referentes a un tratamiento determinado. Con el tiempo, puede que el mismo paciente requiera otro tipo de procedimiento.
La aparición de signos cutáneos derivados del envejecimiento puede ser atenuada con inyecciones de ácido hialurónico. La sustancia hidrata el colágeno de nuestras pieles al mismo tiempo que suaviza las arrugas, liberándonos de las preocupaciones derivadas del paso del tiempo. Esto no detiene el proceso de envejecimiento, pero combate los signos del mismo.