Se dice que los ojos son el espejo del alma. De hecho, a lo largo de la Historia, la Literatura y el Arte, entre otras muchas disciplinas, se hace alusión a esta parte del rostro, tan importante para comunicar y transmitir emociones.
Los ojos son el punto más visto de nuestra cara, ya que son la zona a la que todos enfocamos a la hora de hablar con otra persona. Es fácil identificar aquellos ojos que parecen estar fatigados y poco despiertos.
El exceso de piel en los párpados superiores o las bolsas de los párpados inferiores suelen dar al rostro un aspecto desmejorado, triste e incluso envejecido. Es por este motivo por el que muchas personas deciden mejorar la estética de esta zona del rostro con una blefaroplastia.
¿A qué edad hacer una blefaroplastia?
Por regla general, la mayoría de personas que se someten a esta intervención superan los 35 años de edad. Eso sí, cabe destacar que cada caso es diferente y entran otros factores en juego además de la edad, como pueden ser el tipo de piel o la fisonomía en general.
Es inevitable que, con el paso de los años, la piel del rostro pierda firmeza y elasticidad. No podemos frenar el envejecimiento de la piel pero sí que podemos mejorar el aspecto general de nuestro rostro con tratamientos estéticos que reducen, mitigan o suavizan sus efectos más visibles.
Aún así, puede darse el caso de que estos signos de envejecimiento sean excesivos o prematuros, lo cual indica que es el momento de intervenir ya que los resultados serán mucho más satisfactorios.
En el caso de una blefaroplastia, el exceso de piel en los párpados superiores suele aparecer a partir de los 35 años, aunque algunos pacientes antes de esa edad ya presentan un párpado “lleno” debido a sus características anatómicas individuales. Otros pacientes, por sus rasgos genéticos, presentan un aparente exceso de piel desde edades más precoces.
En el caso de las bolsas grasas en los párpados inferiores, que también son más frecuentes con la edad, en ocasiones aparecen desde edades muy tempranas, incluso antes de los 25 años. Así pues, la edad ideal para someterse a una blefaroplastia no existe ya que cada paciente presenta unas particularidades propias que se deben valorar y analizar antes de tomar ninguna decisión.