Una blefaroplastia superior es una intervención de cirugía estética que, al ser muy poco invasiva, tiene un proceso de recuperación relativamente sencillo. Pero, como en todas las intervenciones, se deben tomar algunas precauciones para evitar complicaciones. El postoperatorio de una blefaroplastia es prácticamente indoloro y la gran mayoría de pacientes no necesitan tomar ningún analgésico. Lo más normal es que aparezcan morados e hinchazón en la zona, en mayor o menor medida, pero a los pocos días suelen desaparecer.
Tras una blefaroplastia superior, el paciente suele salir de quirófano con los ojos destapados. Para hacer desaparecer la hinchazón y los hematomas que puedan aparecer en la zona, es aconsejable aplicar frío durante los 2 o 3 primeros días y una pomada antibiótica sobre la herida 2 veces al día. También es recomendable lubricar los ojos con colirios hidratantes ya que, debido a la disminución de la frecuencia normal de parpadeo, pueden aparecer síntomas de sequedad ocular.
A la semana de la intervención, el Dr. Nieto retira los puntos del párpado. En este momento la recuperación no es completa pero la mayoría de pacientes no tienen problemas para reiniciar sus actividades habituales. La cicatriz, prácticamente imperceptible, seguirá mejorando con el paso de los meses hasta llegar a ser invisible incluso con el ojo cerrado.
Tras una blefaroplastia superior, lo más importante es importante no realizar esfuerzos físicos durante los primeros días para evitar posibles sangrados y acortar los tiempos de la recuperación. Y, sobretodo, seguir los consejos del Dr. Nieto para tener el mejor postoperatorio y la mejor recuperación posibles.