Como es sabido, la diabetes es una enfermedad crónica y degenerativa que, de no ser controlada por médicos profesionales, puede generar daños irreparables en el organismo. Más concretamente, la diabetes puede llegar a afectar nuestros ojos, causarles daño e incluso provocar ceguera. El principal problema que pueden presentar los pacientes diabéticos es la retinopatía, una complicación ocular causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina.
La principal causa de la retinopatía diabética es el inadecuado control de glucemia(azúcar en la sangre) de los pacientes diabéticos. Aun así, aspectos como el tabaco, la obesidad o la hipertensión arterial también pueden contribuir a que la enfermedad aparezca. Por otro lado, la enfermedad no es fácil de detectar. A menudo no presenta ningún síntoma visible en sus primeras etapas, por lo que el paciente diabético no suele percibirla hasta que su visión es borrosa. De ahí la importancia de los exámenes oculares periódicos.
Recomendaciones del paciente diabético
La periodicidad de las revisiones habituales es un aspecto esencial ante la prevención de la retinopatía diabética.
Así pues, el paciente diabético puede seguir las siguientes recomendaciones al respecto:
– Al inicio de la enfermedad, el paciente debe realizarse una revisión a fondo del ojo en su oftalmólogo habitual.
– Si no existe señal de lesión ocular, las revisiones puede realizarse cada 2 años.
– Si se detecta algún indicio de desarrollo de la enfermedad, siendo ésta leve, es recomendable acudir al oftalmólogo una vez al año.
– En algunos casos, puede que el oftalmólogo considere adecuado realizar exploraciones oculares más a menudo, siempre dependiendo del tipo de lesión y la progresión de la enfermedad.
– En casos especiales, como el de mujeres pregestantes y gestantes con diabetes, también el oftalmólogo establecerá la frecuencia entre exploraciones.
Sin embargo, la retinopatía diabética no es la única enfermedad que este tipo de pacientes puede desarrollar. Los pacientes diabéticos pueden desarrollar cataratas con más frecuencia, y cuando ésta está suficientemente evolucionada puede operarse de forma estándar.