El lagrimeo ocular o epífora puede deberse a diferentes causas. Debemos de entender que las lágrimas sirven para lubricar, nutrir y proteger el globo ocular. Sin embargo, a veces ocurre un lagrimeo excesivo sin razón aparente o que las lagrimas no se eliminen correctamente. En este punto es cuando el médico puede sospechar de la existencia de un trastorno ocular.
El lagrimeo es uno de los problemas más comunes que llevan al paciente a visitar el cirujano oculoplástico. Resulta muy molesto cuando es abundante, entorpece en la visión e incomoda a la persona y puede causar presbicia, ya que frecuentemente es necesario secarse las lágrimas con frecuencia.
¿Cuáles son las causas del lagrimeo?
Las causas del lagrimeo o epifora pueden ser muchas, por esta razón, la base de un tratamiento exitoso recae en la exhaustiva exploración inicial del paciente. El sistema lagrimal puede verse afectado en cualquiera de sus partes, derivando a un incorrecto drenaje de las lágrimas.
- La causa más frecuente de lagrimeo crónico es la obstrucción del conducto lagrimal. Existen a su vez varios tipos de obstrucción lagrimal. El tipo más frecuente de obstrucción es la que se denomina “obstrucción lagrimal baja”, que se produce en la última porción del conducto lagrimal.Este tipo de obstrucción puede producirse a cualquier edad, pero con mayor frecuencia se produce a partir de los 50 años y sobretodo en mujeres. Existe un tratamiento quirúrgico muy efectivo, es la dacriocistorrinostomía. El procedimiento consiste en crear una nueva vía para las lágrimas, evitando el conducto que ya está obstruido. La DCR tienen tres abordajes distintos: el abordaje clásico, el abordaje endoscópico y el abordaje trascanalicular. El especialista en cirugía oculoplástica recomendará el tratamiento más idóneo para el paciente con lagrimeo, escuchando también sus preferencias al respecto.
Al ser una cirugía ambulatoria, no repercutirá en gran medida a su día a día habitual. Aun así, tras la cirugía, se recomienda guardar reposo durante 1 o 2 días. Una vez trascurridos y en función del estado del paciente, es posible retomar la actividad laboral. El postoperatorio no es doloroso. Los profesionales recomiendan evitar sonarse la nariz durante la primera semana después de la operación. Además, el paciente deberá acudir en la clínica para que le sean retirados los puntos (en caso de abordaje clásico). - Conjuntivitis infecciosas (víricas o bacterianas) o aquellas derivadas de problemas alérgicos. En este caso se produce una infección en la denominada conjuntiva o membrana transparente que recubre la esclerótica (parte blanca del ojo). Se manifiesta con ojos rojos y llorosos.
- Problemas de visión mal corregidos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo). El esfuerzo al que se somete el globo ocular por estos problemas de visión desencadena un lagrimeo en exceso así como otras molestias generalizadas.
El conducto lagrimal puede obstruirse en otras porciones, y en estos casos requerir otro tipo de técnicas, que también tienen un porcentaje de éxito elevado. Además de esto, existen más causas de lagrimeo no relacionadas con los conductos lagrimales. Es importante una exploración adecuada por parte de un oftalmólogo oculoplástico para llegar a un diagnóstico correcto y poder orientar el tratamiento. Puedes leer sobre los tratamientos más comunes, como blefaroplastia sin cirugia, para saber más sobre diferentes tratamientos.