Aunque tradicionalmente se ha considerado que las épocas de frío son las mejores para realizarse una intervención como la blefaroplastia, son muchos los pacientes que optan por operarse en verano.
El motivo es que este es el único momento del año en que tienen 2,3 o 4 semanas libres para recuperarse adecuadamente y volver al trabajo sin signos de la intervención.
Operarse en verano no es problema, pero el paciente debe comprometerse a proteger las zonas operadas de la radiación solar. Esto no significa que no puedan estar al aire libre ni ir a la playa, pero deben ser más cuidadosos y usar gafas de sol.
Cabe distinguir entre aquellas cirugías que conllevan una cicatriz y las que no. Las blefaroplastias inferiores que se realizan por via transconjuntival no tienen un corte externo que haya que proteger del sol, pero aún así es recomendable que mientras haya inflamación o hematomas, se proteja la zona, ya que la piel podría pigmentarse.
Esto debe realizarse con medidas físicas (gafas de sol, sombreros) y químicas (cremas solares). Este período de mayor protección deberá durar 10-14 días según el caso, y posteriormente deberá protegerse la zona de forma normal.
En caso de cirugías en las que hay una cicatriz como la blefaroplastia superior o algunas blefaroplastias inferiores, la protección de la cicatriz con las medidas mencionadas deberá prolongarse durante todo el verano para favorecer una cicatrización óptima. El paciente podrá ir a la playa a las dos semanas, pero protegiéndose. Mojar la zona operada en piscina o agua de mar debe esperar 2 semanas tras la intervención.