Ya no importa si estás interesada en el mundo de las mejoras estéticas porque el Botox se ha convertido en un concepto de dominio público sobre el que cualquier persona puede tener unas nociones básicas sobre su funcionalidad y los objetivos que logra.
Hace unos años se trataba de una sustancia que parecía reservada sólo para las personas relacionadas con la farándula y con cierta posición social, pero gracias al abaratamiento de los tratamientos ha pasado a convertirse en una sustancia al alcance de gran parte de la sociedad.
Pero, ¿qué es el Botox exactamente?
Se trata de una toxina, llamada toxina botulínica que consigue modular la actividad muscular de aquel en el cual se inyecta. Por ello las primeras aplicaciones de esta sustancia en la medicina fueron para evitar los espasmos oculares involuntarios, también llamado blefaroespasmo, y sigue siendo hoy en día el tratamiento de esta enfermedad que se caracteriza por el parpadeo excesivo incontrolable.
Posteriormente se comprobaron los efectos positivos que se podían lograr en la medicina estética, ya que garantizaba que la arruga desapareciera durante al menos un período de tiempo ofreciendo una imagen mucho más rejuvenecida. Al relajar ciertos músculos, ofrece un aspecto más relajado de la cara, pero conservando movilidad, ya que no buscamos una cara inexpresiva.
¿Cómo se aplica el tratamiento de Botox?
En primer lugar se realiza una consulta de análisis en la que el especialista determinará si la paciente es susceptible de recibir Botox, así como si la zona en la que quiere eliminar las arrugas es buena para la aplicación de la sustancia. Hay que tener en cuenta que las zonas más propicias son la frente, el entrecejo y las patas de gallo.
La aplicación del Botox se realiza en sesiones de unos 5-10 minutos y se pueden empezar a ver los primeros resultados reales en 3-5 días. Estas sesiones deben de ser repetidas periódicamente durante unos 4-6 meses para ir reforzando los efectos conseguidos. Con el tiempo las sesiones llegan a realizarse anualmente en algunos casos.
¿Son resultados permanentes?
No, los efectos producidos por la aplicación de Botox van desapareciendo paulatinamente y las sesiones deben de ser repetidas cuando éstos empiezan a ir remitiendo. Eso sí, en las nuevas sesiones la cantidad de Botox necesaria suele ser menor menor .
Eso sí, es muy importante que las inyecciones de Botox sean proporcionadas por un especialista con experiencia para evitar que un exceso en la cantidad proporcionada pueda provocar cierta imagen de inmovilidad que produciría el efecto totalmente contrario al deseado.