Hay personas que tienen mucho respeto al quirófano y a cualquier tipo de intervención de cirugía estética. Para estos casos, los avances tecnológicos son una gran ayuda para quienes quieren hacerse alguna mejora evitando las molestias una operación quirúrgica.
Un ejemplo es el peeling facial, un tratamiento poco invasivo de rejuvenecimiento de la piel, que permite corregir arrugas finas, pigmentaciones y otras irregularidades causadas por el envejecimiento sin pasar por el quirófano. El peeling facial se puede realizar con diferentes productos en función del tipo de piel y del resultado deseado. El tratamiento puede aplicarse en la consulta del especialista y tiene una duración de unos 30 minutos. También puede hacerse en el quirófano si se realiza conjuntamente con una blefaroplastia.
El peeling facial
Un peeling facial puede aplicarse en toda la cara pero es especialmente útil como complemento a una blefaroplastia inferior. Muchos pacientes presentan, además de bolsas debajo los ojos, arrugas y descolgamiento de la piel de los párpados inferiores. El peeling facial es muy útil, en estos casos, para tensar la piel después de eliminar las bolsas de grasa. Pero aquellos pacientes que solo tienen arrugas en los párpados inferiores, sin bolsas, pueden tratarse solo con el peeling y evitar así el quirófano.
Antes de realizar un peeling, es recomendable tratar la piel durante 2-3 semanas con sustancias que eliminan capas de células muertas para conseguir una mejor penetración del producto que aplicaremos durante el peeling. También son muy importantes las curas posteriores. Los primeros días la piel estará enrojecida y, en los siguientes, se formarán pequeñas costras que caerán en aproximadamente 5 o 7 días, dando paso a una nueva capa de piel con mejor textura, más tensa y más uniforme en coloración.