Una de las preguntas y uno de los miedos más comunes en los pacientes que se plantean una blefaroplastia es si los resultados van a ser naturales. Si sus ojos van a tener una apariencia normal o la gente les va a señalar por tener aspecto de “operados” o de “estirados”. Éste es probablemente el aspecto que más recalco en los pacientes que visito: una blefaroplastia bien hecha sólo puede dar un resultado natural.
Vamos por partes, la blefaroplastia superior tiene un efecto de despejar el párpado del exceso de piel, refresca la mirada, dándole un aspecto rejuvenecido, más descansado, más vivo. Ésta cirugía NUNCA abre más los ojos, ni cambia la forma de los mismos ni puede dar un aspecto de cara asustada con los ojos abiertos como me preguntan muchos pacientes.
La blefaroplastia inferior, como hemos explicado en muchas ocasiones, es muy individualizada a las características de cada paciente. En cualquiera de los casos, la cirugía busca mejorar las bolsas y surcos, mejorando la transición entre párpado y mejilla para que ésta sea un continuo. En ocasiones realizo cantopexias en los pacientes que lo requieren, pero incluso en estos pacientes el resultado es totalmente natural. La cantopexia no implica un ojo achinado que llame la atención si se realiza adecuadamente.
Otro gran temor de los pacientes es el “ojo redondo”. Es decir, que el párpado inferior descienda y pierda su forma natural. Éste efecto se produce como complicación de una blefaroplastia mal hecha en la que se extrae demasiado tejido del párpado inferior y como consecuencia el párpado pierde soporte y desciende.
En resumen, el objetivo debe ser siempre mantener los rasgos individuales de la persona y lograr un mejor aspecto en el que nos vean mejor pero no “destaquemos” por tener una cara operada
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